- Nuevas alianzas

 

            Cuentan los más ancianos del reino de Bibelot, que cada año en primavera tras época de heladas, se producía un fenómeno único en el mundo de Trabylen, pues a lo largo de un mes, tras la brillante luna, aparecía otra más pequeña pudiéndose contemplar las dos, una junto a la otra reluciendo como hermanas. Hasta que llegado el trigésimo día la más pequeña cambiaba su trayectoria y se escondía de nuevo.

            En el transcurso de estos treinta días, la magia en el mundo de Trabylen aumentaba hasta puntos insospechados. Tanto la magia buena; motivo por el cual se dejan ver las hadas, los waynols y muchos aseguran haber visto sirenas de épocas antiguas, como la magia mala; en la que el poder de las artes oscuras no era menor y aprovechaba estos días festivos en el norte, para resurgir en algunos territorios del sur de las cenizas que en la Primera Era quemaron al último dragón.

            Durante ese periodo de tiempo, el reino de Bibelot vivía este acontecimiento único en constante fiesta, pues treinta y seis años antes, durante las celebraciones del mes de las dos lunas, la festividad se tornó en tragedia al morir inesperadamente el Rey Lonjaar Junker.

            Los ancianos del lugar que aún recuerdan aquello con estremecimiento, temen que se repita la historia ahora que el virrey Valcmazor Ferdoz, pupilo del gran brujo, ha sido encerrado tras su fracaso, y presienten que el Príncipe Amodor, hijo de Lonjaar y descendiente de Golator Junker, el primer Rey de Bibelot, pueda seguir la estela de su padre. Un presentimiento cada vez más arraigado en el valle tras ser transmitido de padres a hijos.

            Aún así, tras la grave recaída del Príncipe Amodor, las celebraciones en este mes de las dos lunas no se habían cancelado, pues también había que festejar la victoriosa resistencia en plena noche ante el ataque al valle de Bibelot de los oscuros seres de Zhardok el nigromante, como era conocido en el sur, y su malparada alianza con el capturado virrey.